La mirada es una herramienta que el arquitecto usa constantemente, pero no valora del todo. Es un instrumento que, además de permitirnos conocer y reconocer nuestra realidad y los fenómenos que surgen de ella, puede funcionar como método de análisis. “Entrearcos: arquitecturas de conexión” es un trabajo de investigación desarrollado por la arquitecta Daniela Silva Landeros que estudia, desde el caso preciso del barrio de Ciutat Vella de la ciudad de Barcelona, el asunto de los arcos de nuestras ciudades. Y lo hace desde unos puntos de vista alternativos que ponen en jaque la manera en la que estamos acostumbrados a mirar.
Los siguientes párrafos son un extracto de un capítulo de la tesina de máster realizada a partir de esta investigación. La arquitecta se encarga —a través del estudio de una docena de casos particulares de arcadas extraídas de la colección que primeramente confecciona— de construir terminología nueva adaptable a sus reflexiones y de poner patas para arriba nuestro punto de vista.
Los Arcos de Ciutat Vella
Aldo Rossi en «la arquitectura de la ciudad» señala su comprensión a partir de dos puntos de vista, el primero desde su gran escala como una estructura compleja y el segundo desde una escala menor, configurada por diferentes hechos urbanos. A través de este término define por aquellas piezas que constituyen a la ciudad y que proyectan su forma urbana. Cada hecho urbano posee una cualidad y naturaleza singular; son una suma de experiencias reflejadas en una arquitectura valorable por su cometido histórico, memoria y morfología propia.
Barcelona, al igual que muchas ciudades, es un contenedor de diferentes hechos urbanos, los cuales guardan en sí mismos diferentes historias ligadas a su contexto y, por ende, a una arquitectura propia. Al transitar por las calles del antiguo casco histórico, no es de extrañar que aparezcan ciertas componentes arquitectónicas que llamen nuestra atención. Una de ellas es el arco, que forma parte de la imagen de la ciudad y que aparece tan notoriamente en algunos sitios —ya sea en La plaza Real o en el Arco del Triunfo—, y pasa de manera tan desapercibida en otros.
Bajo la motivación de identificarlos y estudiarlos, Daniela Silva Landeros desarrolla su trabajo de investigación a través de la confección de una colección de 57 arcos en el distrito de Ciutat Vella. Estos, al ser entendidos como hechos urbanos, son distinguidos y organizados según sus relaciones comunes en torno a su situación local y temporal y se seleccionan, al mismo tiempo, un total de 12 casos como objetos específicos de estudio.
Entrearcos, arquitecturas de conexión
Los intersticios que surgen entre los edificios de la ciudad contemporánea y se encuentran hoy comunicados por arcos son el reflejo de un proceso de crecimiento urbano del casco antiguo de la ciudad de Barcelona. Estos arcos abren pasos alternativos a través del interior de las manzanas y cumplen a la perfección con la función de conectar diferentes espacios urbanos. La relación de los lugares vinculados por otro común, para Francis D.K. Ching “es la conformación de un tercer lugar, el cual, actúa de intermedio y puede diferir tanto en forma como en orientación respecto a los espacios que enlaza”. En los casos estudiados de Ciutat Vella, este tercer lugar se encuentra delimitado por arcos que marcan el comienzo y el final de un recorrido y por ello estos espacios de transición serán denominados «entrearco». Esta definición propia, alude su concepción a la palabra «entreacto», la cual denomina comúnmente la interrupción entre las partes de una obra. Derivada de «entre los actos»,sucede como la pausa de una obra teatral que permite a los actores descansar de una extensa presentación, donde ocurren otros actos independientes a la obra. Este término considera el «entre» como un prefijo de situación, posición y grado intermedio, y al «acto» como el sustantivo que designa e identifica lo que pasa entre. Con base en la situación intermedia, la idea de una pausa y suceder entre dos o más situaciones de la ciudad, se define la palabra compuesta entrearco, siendo la palabra arco quien da inicio a lo que sucede entre.
¡Los techos a la calle!
Una anomalía que destaca de los espacios entrearcos, es la componente del techo que nos hace dudar si estamos en una calle, un pasaje o dentro del interior de un edificio. Tal peculiaridad trae a colación ciertas nociones sobre lo que entendemos por techo. En el artículo «¿Y el techo?» de Xavier Monteys, se explica brevemente que el techo aparece cuando ya existe una cubierta. Ambos cumplen un rol distinto en lo que refiere a la espacialidad. Por un lado, la cubierta es quien protege de los fenómenos meteorológicos y se distingue fácilmente por ser un elemento constructivo, en contacto con el exterior. En casas con techumbres inclinadas se logra ver desde fuera su forma, lo que también sugiere la morfología de un edificio. Por otra parte, el techo se delimita con la capa interior del edificio, según Monteys «el techo, en cambio, define y limita el espacio y pertenece netamente al espacio interior, y nos atreveríamos a decir a la casa».
Definido el techo como la superficie que cierra en lo alto una habitación, un siguiente paso puede ser reflexionar sobre como este se ha relacionado con el espacio doméstico de la casa. Gio Ponti escribió en «Amate l’architettura» que «el techo es la tapa de la estancia: es su cielo. Está bien oscuro, intenso y decorado; pues cubre, cierra y cuando está decorado es además una página para leer y releer, fantaseando, contando y recontando sus elementos».
Es decir, si al techo se le puede adjudicar un valor, es el de ser una superficie de contemplación. Entendiéndolo como el lienzo de una pintura, los techos poseen diferentes tipos de formas, estructuras y materiales. Según sea la combinación de esas componentes, nos podemos enfrentar a una superficie que exhiba honestamente su estructura constructiva o, por el contrario, un plano decorado sobre esa realidad. El diseño de un techo puede llevarse a cabo en su propia estructura o mediante una nueva capa, esta última es conocida como falso techo o cielo. La manipulación visual de este, puede adquirir diversos estilos de diseño que varían entre geometrías, ornamentos, dibujos, simetrías y composiciones. Razonablemente, podríamos considerarlo una «Arquitectura de interiores», un ejemplo de ello son los diseños de Jules-Edmond-Charles Lachaise y Eugène-Pierre Gourdet, quienes destacaron por el trabajo de diseñar techos en la segunda mitad S.XIX. Ambos trabajaron para las familias más acomodadas de la época, incluida la esposa de Napoleón III. Sus trabajos destacaron por la variedad de estilos que incluían, volviéndose un claro ejemplo de las formas y diseños que puede tener un cielo.
Esta breve reflexión de lo que podríamos entender por techo nos lleva a cuestionarnos ¿es una superficie exclusiva de los interiores de la casa? Probablemente, no existe una respuesta concreta, pero sí se puede considerar una componente asociada al espacio íntimo de la vivienda. Efectivamente, los entrearcos son un ejemplo de que esta cualidad, de un espacio interior, es representada de forma insólita en el exterior de la vía pública. Su presencia en lugares de la calle nos lleva a cuestionarnos, como decía Gio Ponti, ¿qué nos relatan estos fondos paralelos al suelo que transitamos?
Usando como referencia los dibujos de Auguste Choisy a la hora de analizar cada pieza, la autora desprende de cada sección de su trabajo, además de nuevas reflexiones sobre el asunto de los arcos de nuestras ciudades, nuevos modos de observarla arquitectura de nuestra cotidianeidad.
“El único verdadero viaje (…) no consistiría en ir hacia nuevos paisajes, sino en tener otros ojos”.- Marcel Proust.
Bibliografía
- Ching, Francis, and Corky Binggleli, Diseño de Interiores: Un Manual (Gustavo Gili, 2015)
- Ching, Francis D. K., Arquitectura : Forma, Espacio y Orden (Barcelona : Gustavo Gili, 2008)
- Monteys, Xavier, ‘¿Y El Techo?’, Quaderns d’arquitectura i Urbanisme, 259 (2009)
- Monteys, Xavier, ‘Ciudad Recortada’, in La Ciudad Como Colección (Barcelona, 2016)
- Ponti, Gio., Amate l’architettura (Milano: CUSL, 2004)
- Rossi, Aldo, La Arquitectura de La Ciudad (Barcelona: Gustavo Gili, 1982)